miércoles, 10 de junio de 2009

Mi 4CN



Como siempre después de una concentración nacional me cuesta unos días volver a la vida normal, ya que en esos tres días escasos son muchos los sentimientos, vivencias y sensaciones compartidas que uno acumula y siente. De nuevo mis amigos y hermanos YBReros me han demostrado de la clase de humanidad que están forjados. Como muchos han admitido: “Somos una gente especial”, gente que marca, que se hace querer y que, ante todo le gusta compartir y divertirse. Cada día estoy más agradecido a la vida, por haber conocido a gente así. El teneros como amigos, y algunos como hermanos, me hace rozar de vez en cuando la felicidad. De estos sentimientos se nutre nuestra siempre dispuesta ansiedad por repetir concentraciones nacionales, que nos permite por lo menos una vez al año compartir unos días con YBReros e YBReras de casi toda la geografía española, establecer lazos de amistad y consolidar los ya creados. Solo unos pocos, si los hay, no harán esta lectura de lo que significa y lleva consigo este evento anual del ClubYBR, pero dudo que no les marque como a casi todos nosotros, pues es terminar una y ya estamos echando de menos una nueva. Como yo os echo de menos ya, y no desde hoy, si no desde el momento en el que en la vuelta a casa me despido del último YBRero y recorro los pocos kilómetros que se me separan del hogar, y como muchos ya espero la siguiente nacional como agua de mayo. ¿Incomprensible?, si pero verdad.

El viaje de Ida.

Ya hacía unos años que no hacía un recorrido así con mi querida “Profe”, y la verdad que ella estaba preparada, pero yo tenía mis dudas sobre como lo iba a pasar. Solo recorrer los primeros cincuenta kilómetros ya me sentí tranquilo y ansioso por recorrer el camino a Seseña.
Nos encontramos en la “Alfombra Roja” de Barcelona, todos conocidos y un nuevo YBRero, Ferre, con una YBR Classic, una maravilla que en algunos momentos adelantaba a sus hermanas YBR’s, incluso a las grises, que como ya sabréis son las que más corren. Salimos puntuales al encuentro de PENTAX y Canapé en la A.S. del Bruc, y tras los saludos salimos hacia la A.S. del Cisne en Zaragoza para encontrarnos con el resto de los YBReros de la expedición NE. La moto de atorralbo, la “Yami”, la verdad es que no iba muy bien y, de hecho en el triángulo fatídico de Medinaceli se paró y dejó a atorralbo sin montura a unos kilómetros de la llegada. Gracias al coche escoba de Jofus todo fue más fácil y llegamos al fin a Seseña sin más novedad, eso sí en dos grupos, pero sin novedad.

El Albergue

Habían habido comentarios en el foro sobre el albergue, las prohibiciones conocidas, y me consta que algún que otro recelo sobre nuestro grupo por parte del personal del albergue, recelos que creo fueron desapareciendo a la vez que aparecían YBReros e YBReras por la puerta de entrada. Solo vernos creo que la confianza en el grupo iba aumentando. ¿Cómo no? Las instalaciones estaban muy bien, una buena distribución y aunque los servicios eran pocos para el nivel de ocupación, creo que nos organizamos bien para las duchas. También el servicio de comedor me pareció muy correcto y la pena fue que no estuviera en funcionamiento la piscina, pues el sábado después de la visita a Chinchón más de uno la hubiera utilizado. Me gustó también el gran espacio en el patio, con más tiempo se hubieran podido realizar algunas actividades en ese lugar. Más que correcto, bien comunicado y con mucho espacio. Un acierto de los organizadores, uno más.

La cena de Hermandad

¿Qué decir?, increíble, tremenda, apetitosa, abundante… no sé, cada vez que se celebra una, recuerdo de donde salió esta idea y cada vez creo que fue más que acertada. Compartir los alimentos típicos de cada tierra en hermandad con todos es algo no tiene punto de comparación con cualquier cena concertada. Descubres productos exquisitos, artesanos, hechos en casa por las manos de madres, hermanas o hermanos, mujeres, novias, vecinas… gente que de alguna forma comparten con nosotros esa cena. Compartir los alimentos con los que vas a pasar unos días de convivencia creo que es la mejor forma de empezar una concentración, y aunque algún despistado o despistada no se haya acordado de traer nada para esa cena, nadie lo tiene en cuenta y siempre, siempre sobra para los días posteriores. Así, de entrada, no se le da mucha importancia a este acto de “hermandad” alrededor de la mesa, pero la tiene, y tanto que la tiene, es el momento en el que muchos se conocen, en el que otros se reencuentran, se intercambian saludos y se cuenta lo ocurrido desde la última vez que nos vimos. Conocerse alrededor de una mesa improvisada, repleta de apetitosos productos y rodeada de buenos amigos, ¿no es el mejor entrante para una concentración? Yo digo que sí. Y de esta cena me acuerdo de cacharrilla cortando jamón magistralmente, la confusión de vasos que tuvimos casi todos, el atún encebollado, la caballa de Cádiz, las papitas arrugás y el mojo que nos preparó Candra, el “mosto”, el “cremat” y unos postres hechos de vino, que no recuerdo como se llaman pero si como saben, de miedo. Y bueno, no sigo que voy a parecer un “galgo” tanto hablar de comida.

El sábado

¡Menudo día!, aunque conocía la zona pues la recorrí en julio de 2007 con getamoto, las rutas me parecieron impresionantes, quizás porque las recorrimos al revés que yo las hice entonces, y los paisajes parecían distintos. Otra diferencia fue que desde Aranjuez hasta “Mi Cortijo”, las hice en la “Margarita” de Perenquen y eso si fue un placer. Aranjuez me gustó más que la primera vez, los jardines, la historia que nos contó Perenquen sobre el rey y sus bromas, el niño de la espina, y sobre todo, el refrigerio en la plaza del palacio que nos sentó más que bien, pues el calor era impresionante. Después la comida en “Mi Cortijo”, excepcional a la vez que copiosa. Creo que eso sumado al calor hizo que más de uno echara de menos una buena siestita, entre los que me incluyo, pero las curvas y carreteras desde el restaurante hasta Chinchón, no nos dejó dormirnos. La entrada a la Plaza de Chinchón fue impresionante, las motos aparcadas una a una en un orden casi ensayado y la cara de los paisanos y turistas, por un momento pensé que nos echaban de allí a estacazos, pero Perenquen me confirmó que teníamos permiso, ¿Cómo dudarlo con estos organizadores de primera?, luego fotos y videos y luego la vuelta YBurrera a la plaza. ¿Qué decir, que contar? Si lo habéis visto todos y espero que “Clementina” siga bien y tan noble como aquel día, confío en que no haya quedado traumatizada. La verdad es que me lo pasé bien, me divertí mucho como casi todos vosotros y el resto de personal que había en la plaza. Supongo que nos pasearan en la memoria de sus cámaras la mayoría de turistas que había esa tarde en la plaza pues aquello fue digno de ver, la versión motera de Sancho Panza en directo. Lo que no me explico es por qué me elegisteis a mí con todos los que habíamos en la plaza, la pobre “Clementina” no hubiera resoplado tanto paseando a otro YBRero mas “ligero”, pero de todos modos os agradezco ese detalle pues también forma parte de ese archivo de momentos irrepetibles e inolvidables vividos con este club, os lo aseguro. Y por fin un deseo cumplido particularmente por mí: ver al ClubYBR en el centro geográfico de la península ibérica, en el Cerro de los Ángeles. Cumplido por fin pues era el proyecto en la 1ª CN, aunque no muchos conocen la historia, si que os diré que fue uno de esos momentos que siempre guardaré y en aquel lugar, en el momento de reunir al grupo, en mis pensamientos estuvieron muchos que no pudieron estar allí en aquel momento pero de alguna forma estaban, en mi silencio y en mi interior formaron parte de aquella foto. Después de ese momento inolvidable para mi, volvemos al albergue, algunos nos vamos al bar a esperar la hora de la cena, hablamos, reímos, bebemos y nos contamos miles de historias. Luego, a las nueve, a cenar. Es el momento más emocionante siempre para mí. Es el punto y seguido de la concentración, el instante en el que resumes todo lo vivido en esos días y cuando compartes tus impresiones con los sentados cerca de ti en la mesa. Primero unos entrantes exquisitos, luego unos segundos copiosos, y por fin el cava, ese cava que desde nuestra primera concentración nacional La Xarmada de la mano de Resto nos obsequia y con el cual hacemos nuestro brindis YBRero, con el cual brindamos por el club, por los ausentes y por los presentes deseándonos todos salud y fortuna, alguno pensará que es una costumbre rara, pero siempre que lo he pronunciado me he acordado de todos los que no nos acompañan y seguro lo desearían, creo que es una forma de rendirles un pequeño momento de recuerdo y de trasmitir que están presentes en nuestros pensamientos. Luego de los postres, los regalos. He de admitir que la preparación que tuvieron a bien realizar estos “figuras” de organizadores, nos dejó a casi todos perplejos. Muchos pensamos en el rostro que le habían echado, pero sinceramente a algunos no nos engañaron. Era impensable que personas con la nobleza, responsabilidad y sobre todo, buen hacer de esos cinco perfectos anfitriones, hicieran algo así: repartirse los trofeos por haber organizado la concentración, repartir dos reconocimientos para TCR y YAMAHA, repartir los premios a los YBReros y las YBR’s y luego dejar cuatro para sortear. No coló, pero lo hicieron muy bien. Luego tras el reparto, me doy cuenta que no hay ningún Inoxbob, como lo ha llamado Gabriel, para mí. Pensaba en que después de la broma de inicio algo estarían tramando. También pensé que podía ser que no hubiera bastantes y que sabrían que yo lo entendería perfectamente. No sé, la verdad es que no le di mayor importancia pues aunque no es sabido, no suelo entregar mi identificación en los sorteos. En esta sí que lo hice, ya que no he tenido nada que ver en la organización, es por eso que no entendía que no me entregaran ni siquiera en diploma, digámosle así, de recuerdo. Es por eso que mi teoría de la falta de Inoxbob’s suficientes se hacía evidente. Este YBRero nunca se esperó lo que le cayó después de que Gabriel explicara a todos que a mí no me habían dado regalo, que muchos no se habían dado ni cuenta. Recuerdo que lo comenté con los que tenía a mi lado y no le dimos mayor importancia. Luego me hacen levantarme para entregarme un regalo. No puedo ni decir lo que sentía en esos momentos, ya que no estoy acostumbrado a que me hagan regalos, de ningún tipo. Yo soy de los que me gusta tener detalles con todo el mundo pero le sorprende que se los hagan. Solo en la primera concentración, en Valdepeñas, me obsequiaron con una placa que conservo como un tesoro, pues es la primera vez que me obsequiaron con algo así. Supongo que los que estuvisteis en la cena del Quijote, esa noche, verías la cara de sorpresa que puse al intentar abrir aquel paquete, que para más inri, estaba empaquetado al revés. ¡Qué sorpresa!, no tan solo el Inoxbob, sino una foto con mi “Cheíta” en Poitiers, mi Nick y los logos de las concentraciones y KDD’s del foro, incluida la 4CN. De verdad, lo dije entonces y lo reitero ahora: aunque mi agradecimiento es enorme y me siento muy feliz por vuestra demostración de cariño, afecto, amistad, solo con ver que este club es lo que siempre quise, que su gente es especial y que somos capaces de movilizarnos para reunirnos sea donde sea, yo estoy más que recompensado y ese reconocimiento que me expresasteis es el que yo os tengo a todos y cada uno de vosotros, porque de alguna manera, esto no sería lo que es sin todos, TODOS vosotros. Pero igualmente lo guardaré en un buen lugar para recordar día a día que me debo a este club más aun si cabe. Es por eso que Gabriel ganó su apuesta al afirmar que se me saltarían las lágrimas, ¿Cómo no?, es mucha la emoción que se siente cuando te expresan algo así, y también se sumó la tristeza que he llevado conmigo en esta concentración, me refiero a las bandanas, realmente me ha sabido muy mal no poder entregarlas a muchos que la esperaban, pero como ya dije, me ha sido materialmente imposible tenerlas. Se suman muchas emociones y de alguna forma han de salir y si encima uno es de lágrima fácil más aún. Siempre recordaré esos instantes, que aunque breves, recargan la batería de la felicidad y hoy por hoy andamos todos muy necesitados de ella. Gracias a todos por todo.

La vuelta a casa

El peor de los instantes, las despedidas, los adioses o mejor que eso, los “hastaluegos”. Lamentablemente tras la noche de la cena YBRera, siempre hay un amanecer que sin remedio te separa de aquellos y aquellas con los que compartirías mucho, muchísimo más y mucho más tiempo, pero hay cosas que no se pueden evitar y, aunque disgustado como un niño sin recreo, has de partir hacia casa, hacia tu vida habitual, hacia la realidad tras un sueño recordado al despertar y que como unos brazos amables, te rodea durante muchos días después de esta inevitable tanda de despedidas.
Siempre es distinto volver que partir, sobre todo en los pensamientos que te llenan el tiempo en el que, aunque acompañado, conduces aislándote un poco del mundo. Así como a la ida tus pensamientos son de expectativa y ganas de ver a esa gente con la que compartirás unos días, a la vuelta se convierten en recuerdos. Recuerdos emotivos, amables, simpáticos, inolvidables. Pasan por tu mente tantos buenos momentos que la carretera se hace más corta y más llevadera, por lo menos para mí. Esta vuelta a casa, sin prisas y sin agobios transcurrió sin novedad y poco a poco volví a dejar atrás a mis hermanos YBReros, primero a Raquel en Cienpozuelos, luego a Kiko y a Quique en Zaragoza, a Penta, Jofus, Cesar, Ferre y atorralbo en la A2 y a Aitrus en la C58. Para como siempre realizar los últimos kilómetros a casa en soledad, como partí hace unos días. Son esos momentos en los que empiezo a echar de menos a todos y en la soledad del camino reflexiono lo poco que me queda por reflexionar y pienso ya en la próxima vez que viviré una concentración. ¿Qué tenéis que os necesito tanto?

Agradecimiento y Reconocimiento

Agradecimiento a todos y cada uno de vosotros por haberos decidido a participar en esta gran concentración. Por haber compartido conmigo y con los demás vuestra amistad y cariño. Por haber creído en un proyecto que ha demostrado haber sido único, genial e irrepetible. Por atreveros sin complejos a hacer miles de kilómetros para vivir el evento anual por excelencia de este modesto, pero no por eso, gran club. Por ser como sois: “Especiales”
Reconocimiento a los organizadores de esta gran, gran, gran concentración:
Gabriel Izquierdo y familia, Griffi, Perenquen, Getamoto, Er Tomy, Chopi, Cacharrilla y contraria, y a todos los que de una forma u otra han participado en la elaboración y realización de este evento que se recordará en nuestra historia como una de las más grandes concentraciones nacionales. De corazón gracias, si este club es grande no es por el número de sus componentes, sino por la calidad humana que encierra dentro de él. Estad más que seguros que lo habéis hecho magistralmente bien. GRACIAS.

De la letra de “Madrid” (Dover):

Round and round.
The glitter, the flashing, the cars.
Don´t know!
My favorite city in the world.
Let´s dance! Let´s meet up and dance!


Vueltas y vueltas.
El brillo, el parpadeo, los coches
¡No sé!
Mi ciudad favorita en el mundo.
¡Vamos a bailar! ¡Vamos a reunirnos y bailar!



Gappy.

No hay comentarios:

Publicar un comentario