martes, 31 de marzo de 2009

TOURIST TROPHY – PROJECT CLUBYBR 2008 (1ª Parte)

Los inicios.

Fue sobre en el año 2005 cuando conocí más a fondo la historia de la legendaria y mítica prueba de la Isle Of Man, el Tourist Trophy. Por aquel tiempo tenía a Sebas Garriga de compañero de guardias en el hospital donde trabajo, un apasionado de la moto clásica del cual he aprendido muchísimo del mundo de la moto y no dejo de aprender. Me contó la historia de esta prueba apoyándose con libros, vídeos y fotografías. Desde el primer momento me apasionó muchísimo todo lo relacionado con la Isle Of Man y el Tourist Trophy, y algo me decía que algún día yo recorrería su trazado, rodar por ese circuito centenario, por donde rodaron antes miles de apasionados de la moto, grandes corredores, campeones de todas las épocas, con motos legendarias desde 1907, era para mí una de esas metas que te pones y en la que no dejas de pensar. A partir de entonces, todo fue una búsqueda incansable de datos, rutas, medios de transporte, documentación sobre hospedajes, ferris, etc. Cada de vez en cuando, volvían las ganas de cumplir ese sueño que me prometí realizar, y cada vez lo veía más cerca, pero a la vez, aparecían inconvenientes que me hacía posponer mi proyecto. Surgieron muchas dudas sobre que moto llevar, esperar a tener alguna con más cilindrada que la YBR y más adecuada a un viaje de esa envergadura, ir en ferri hasta el sur del Reino Unido para así no hacer tantos kilómetros en moto, salir de Bilbao o salir de Santander, o aventurarse de una vez por todas y cruzar Francia hasta el paso de Calais y luego allí tomar el ferri o el eurotunnel para llegar al Reino Unido, cruzarlo y por fin llegar a la Isle Of Man. Barajé todas las posibilidades sobre esta ruta, y tras darle más de mil vueltas decidí cual sería la ruta a realizar. Desde luego descarté el subir al Norte y desde allí, Bilbao o Santander, viajar en barco hasta el Reino Unido, consideraba que el planteamiento que había de hacer era ir en moto desde casa hasta la isla, quitados los recorridos inevitables en ferri ya que considero que esa es la forma, llamémosle, auténtica de ir a Man. Me decanté totalmente por la que llamé “Ruta de Francia” y con esas premisas, empecé a calcular todos los detalles. Sobre con qué moto viajar, lo tuve muy claro desde el principio, con alguna de mayor cilindrada que la YBR en mi primer viaje a IOM, después ya vendría la aventura de hacerlo con la YBR. Por lo que mi proyecto quedaba un poco en “stand by” hasta que me hiciera de una máquina adecuada.
Durante un tiempo, estuve buscando la moto que se adecuara a mis proyectos y a mis preferencias. Para empezar, cumplí un deseo o capricho que tenía desde hacía ya unos años y busqué hacerme con una YAMAHA XV Virago de 250 cc, tras alguna negociación que otra, la compré por muy buen precio y un estado impecable. Disfruté de ella durante unos meses preciosos y rodé más de 14000 km con ella. Como he dicho, más que nada era un capricho, ya que siempre me gustó esa máquina, le cambié algunos detalles que tenía y no me gustaban y la dejé casi perfecta. Neumáticos, alforjas, emblemas, defensas y pantalla, hicieron que muchos de mis amigos aficionados a la moto, se interesaran por ella, ya que conocían muy bien mis intenciones, disfrutarla durante un tiempo y luego cambiarla o darla de entrada por una moto superior. De hecho, estas eran mis intenciones, más o menos, pues barajé durante un tiempo quedármela y viajar con ella. Probé viajes de 300 y 400 km, pero la Virago se quedaba pequeña ya que su autonomía es muy limitada y en recorridos de más de 200 km se me cargaban los riñones por la posición de conducción. Parece mentira pero aunque a priori parece muy cómoda, en rodadas largas deja de serlo y esto hizo que la desechara como moto para viajar. Luego vino un tiempo de buscar una moto adecuada. Probé alguna de segunda mano, pero o eran muy caras o no me fiaba del rendimiento del motor, o no me convencieron. Después opté por buscar alguna nueva, como la YAMAHA FZ6, pero era muy alta para mí y por aquel tiempo no había ningún kit que redujese la altura, hoy en día sí que lo hay. Y por fin, después de mucho buscar, comparar y pensármelo, sin querer descubrí la moto que me convenció totalmente. Fue en Montmeló donde la vi por primera vez, en una sesión de pruebas de BMW. Miki, un compañero de trabajo iba a probarla en la “Test Rider” de BMW y me propuso que le acompañara, así lo hice y descubrí la F800S. Esa es la máquina que necesito, pensé. Apropiada para los dos usos más habituales que le quería dar: rodar en carreteras viradas con una conducción sport y hacer rutas de cientos de kilómetros cómodamente. Era la moto ideal para mí, pero… el precio y la altura volvieron a hacerme dudar. Pero, ¿cómo es la vida?, comentando sobre la moto en la hora del almuerzo en el hospital, otro compañero motero me informa de las facilidades que BMW da para la compra de la moto, además me pide que entre en la web de BMW y que compruebe las posibilidades que hay en reducción de altura. Pronto compruebo que es posible adecuarla a mí, por lo que no me lo pienso y me acerco al concesionario de Terrassa y empiezo las negociaciones para hacerme de ella. Vendo la Virago a muy buen precio y tras una espera de dos meses, mi “Cheíta” ya está en Terrassa y puedo ir a buscarla.
Mi proyecto del Tourist Trophy empezaba a tomar forma. Fueron muchos meses de rutas, viajes y kilómetros los que me convencieron para hacer una primera gran ruta en el verano de 2007, la vuelta a España. 7900 km en los que el disfrute con la moto fue inmenso. Un consumo bajo, cómoda, ligera y sobre todo, fiable. No había más que solucionar el problema de las maletas y ya estaría lista para mi aventura de Man. Ese verano fue una prueba de fuego que hizo que viera más cerca la posibilidad de llegar a la IOM sin ningún problema. Por navidad del 2007 compré las maletas originales, le adapté el soporte del baúl que tenía en la “Profe”, y subí a Pingüinos con todo el equipamiento. Tenía espacio de sobras para el equipaje y montarlas y desmontarlas era comodísimo, me dieron un resultado perfecto y ya no había más que cambiar neumáticos para emprender el viaje a Man. Tenía desde febrero de 2008 hasta agosto, para preparar la ruta, reservas y pormenores, y en la más absoluta discreción lo fui preparando todo. Mi sueño empezaba a ser una realidad.

viernes, 27 de marzo de 2009

¿Qué puedo hacer para que nadie se pierda la 4CN?

Ya conozco de primera mano lo que significa organizar y desarrollar una concentración nacional del ClubYBR, muy bien que lo sé. La pasión que se le pone, la preocupación por tenerlo todo cuadrado y que nada se te quede atrás. La incertidumbre de ver que pasan los días y el número de inscritos no aumenta, ¿llenaremos el Albergue?, las camisetas, ¿estarán terminadas en la fecha?, ¿tendremos ayuda de alguien?, ¿les gustarán las instalaciones, los menús, las rutas, a los participantes?. Fechas límite, horarios, cuentas, proveedores…, todo un sinfín de variables a una ecuación que ha de dar un resultado igual a diez.

Uno se vuelca en promocionar el evento, en darle impulso, en ponerla lo más asequible a todo el mundo y, realmente, llega un momento que uno se imagina al resto del grupo, valorando desde la distancia si realmente merecerá la pena inscribirse, cuando en realidad son la mayoría los que en realidad están tan nerviosos como tú por que llegue ese día. Luchan por unos días de fiesta para poder ir, pactan con las empresas esos días, o con la familia. En definitiva, que las paranoias de uno le hacen ver lo que realmente no existe, pero es tanta la presión que has de soportar, que es normal que te desanime el hecho de ver que el número de participantes no aumenta. Solo quien lo ha vivido se puede hacer una idea de lo que representan esos meses anteriores al evento. El hecho de partir de un número mínimo de ocupantes en el Albergue es lo que mas fuerza la situación, ya que partimos de la base de no compartir con nadie el lugar en esos días. Por comodidad, por tranquilidad y porque quieres que esos días todo al que te cruces sea del club. Esa es la cuestión, llenar el albergue, ya que con eso cuentas, con el coste por persona y día con respecto a un número de participantes. Temes sobre todo, que el número sea inferior y tener que llegar a pasar el “gorro” a última hora para poder pagar los gastos del Albergue. Con la preocupación de que alguien pueda pensar que has tenido una mala planificación, o que el dinero se ha destinado a algo que no viniese al caso. Sea como sea, esta es la preocupación principal que a uno le angustia cuando el número es 52 y no pasas de 32…

Ante el desánimo que inevitablemente aparece, solo queda tirar un poco de la historia de las concentraciones nacionales del club y darte cuenta que en al principio de la exposición del evento llueven las inscripciones, luego llega una etapa de calma y a última hora, como buenos españoles que mantienen sus tópicos como está mandado, surgen inscritos por donde no los había y casi te falta espacio en el albergue. Son todos esos que han estado pactando días y re calculando posibilidades para no perderse la concentración. Normalmente ocurre así, pero hasta que llega ese momento, cuanta angustia, cuanta preocupación y cuantas veces te has preguntado: ¿Qué puedo hacer para que nadie se pierda la 4CN?

Y esto va para los organizadores de este año: no podéis hacer más de lo que ya estáis haciendo, pues estáis haciendo mucho y muy bien, lo he dicho hasta la saciedad. Quizás son los inscritos quienes tienen en sus manos la posibilidad de agrandar el grupo. Participando con comentarios en el hilo de la concentración, ayudando y animando a los que no han participado en ninguna y quizás no se deciden por miedo a los kilómetros o por desconocimiento total de lo que una CN significa. Y a los indecisos a decidirse. Por eso iniciativas como colgar vídeos de concentraciones anteriores es una forma muy positiva para mostrar como son estos eventos y dar así un poco de empuje al tema. Pero como he dicho antes, el comentar las ganas, las experiencias de otras pasadas y la inquietud por que pasen estos meses pronto, ayuda más de lo que nos podamos creer. Creo que el hilo de la concentración ha de ser un hilo muy caliente, participativo y sobre todo visitado. Leer mensajes y mensajes de la 4CN, hace que la tengamos presente a diario y que nos animemos más aún si cabe. Hay que darle la importancia que se merece a este evento, el mayor anual del ClubYBR, y punto de partida de grandes amistades y de consolidación de este club como club. Hagamos que nadie se lo pierda.

jueves, 5 de marzo de 2009

La 4ªCN del ClubYBR


Como decía Griffi en su presentación de esta 4CN del ClubYBR, asusta un poco hasta donde ha llegado este club que unos locos nos empeñamos en crear hace ya mas de cuatro años. Desde luego, aunque nunca nos ha faltado imaginación, ganas y sobre todo coraje, creo que ninguno de nosotros nos imaginamos nunca el alcance de este proyecto, iniciado con más ganas e ilusión que con recursos. Pero a fuerza de estar ahí día a día, empezamos a poner en práctica todo lo que se nos ocurría, y en menos de un año empezamos a salir a rodar con nuestras YBR's mas allá de las rutas cotidianas. Así en 2006, participamos en la Pingüinos, hicimos múltiples KDD's a nivel regional e incluso algunas fuera de nuestras propias regiones. Y así el mes de mayo de 2006, nos inventamos nuestra 1ªCN, que celebramos en Valdepeñas y donde demostramos que la distancia solo es un problema cuando no tienes en cuenta las satisfacciones que encuentras en un evento tan multitudinario y variado como supone el pasar unos días con YBReros de tantos lugares diferentes. Cuando compartes con verdaderos amigos la carretera y las estancias y visitas que componen una concentración nacional. Es indescriptible la cantidad de buenos momentos, buenas sensaciones, experiencia y sobre todo la amistad que compartes en esos dos o tres días.
Luego de la primera, que nos sorprendió por lo exitosa que fue, vinieron la 2ª y la 3ª, a parte de las múltiples KDD's y concentraciones menores que nos sacamos de la imaginación y que consolidaron nuestro buen hacer y ganas de reunirnos mas a menudo. Se han convertido muchas en ya clásicas, y, al comenzar el año, empezamos a tachar en el calendario más o menos las fechas en las que se desarrollan. Para moteros de mas experiencia que nosotros, comprobar la actividad, a veces frenética, que tiene este club, dedicado a una moto de 125 cc, no puede mas que sorprenderles y de algún modo, causarles curiosidad, ya que no es nada fácil reunir a moteros de casi toda la geografía de España, con las distancias que ha veces se han tenido que recorrer, subidos a una modesta moto como es nuestra querida YBR. Sinceramente, Griffi nos calificaba de locos y puede que tenga razón, pero como alguna vez ya expresé: "Bendita la locura que te da tanto y cuesta el esfuerzo de darte y entregarte a tus sueños."
Hay que ver estos eventos nacionales como eso, como un sueño. Un sueño que se cumple cada año y que hace que cada vez que acaba una concentración nacional, estés deseando comenzar otra nueva, ya que cada una te aporta un poco mas de ese espíritu que trasmite el compartir con los demás esa locura que llevamos dentro.
Pues ya está aquí la 4ªCN, cuatro ya!, no lo hubiéramos pensado nunca, pero es real, este mes de mayo en Seseña, Toledo, se vuelve a reunir el gran grueso de los YBReros de este club para compartir tres días increíbles. La ubicación es, desde luego, la más céntrica posible en nuestra península, aunque para algunos supongan unos cuantos cientos de kilómetros, en realidad eso no es mas que un añadido de emoción y aventura a la concentración, por lo menos para mi. Algo que eché en falta en la pasada, recorrer cientos de kilómetros en grupo con mis hermanos YBReros, la parte más épica y emocionante de una concentración nacional. Pero este año, si que voy a poder rodar unas buenas horas, acompañado de muchos con los que ya he rodado y compartido mucho camino y alegrías, buenos momentos, momentos algo difíciles y experiencia, la experiencia que adquieres cada vez que sales en una formación así. Espero ese día con impaciencia.
Por otro lado, es mucho de agradecer, el esfuerzo que los organizadores de esta CN están realizando. Para casi todos, esta es su primera experiencia como organizadores de un evento así, pero el empeño y el tiempo que están derrochando por el resto del grupo, es más que admirable, digno del agradecimiento por todos nosotros. Digo esto, sabiendo lo que conlleva organizar un evento de este nivel, y viendo como se están desarrollando los preparativos, el trabajo que se está haciendo y la ilusión y responsabilidad que demuestran, cada día estoy mas convencido que la decisión que un día se tomó al pasarles el testigo para la organización de esta 4CN, fue más que acertada, acertadísima. Espero que pasen estos meses pronto para poder vivirla de primera mano y tener la satisfacción de compartirla con nuevos y ya viejos amigos. Estar con todos esos días, es algo que no me quiero perder y quiero disfrutar. Se que habrá tiempo para agradecer a estos figuras su trabajo, pero quiero empezar desde ya ha hacerlo, pues es muy bueno el trabajo que están haciendo y todos les debemos una enorme gratitud, ya que es muy grande lo que hacen por nosotros.
Muchos serán los que vivan su primera concentración nacional este año y estoy convencido que seguro no será la última, por que aunque las anteriores fueron extraordinarias, esta tiene todos los números para ser muy grande, muy importante en la historia de este modesto club. Por eso me saben muy mal las inevitables ausencias que se producirán, uno quisiera estar con el mayor número posible de YBReros, pero no siempre puede ser y seguro que echaré a muchos de menos, pero quizás, el conocer a otros por primera vez, compensara un poco las ausencias, como en otras ocasiones me ha pasado, es algo que no se puede evitar y solo queda pensar en que habrán muchas concentraciones mas, que seguro que las habrá, por que con gente así, no es posible olvidarse de nuestra reunión anual, sea donde sea y llueva lo que llueva.

miércoles, 4 de marzo de 2009

La Odisea de mi Cheíta II



Los planes de ir a San Blas, Madrid, el viernes 6 de febrero se han vuelto a truncar. Esta tarde, por previsión, he mirado el pronóstico del tiempo para el fin de semana próximo en el trayecto de Madrid-Barcelona, y me he caído de espaldas. Otra vez, y será la enésima de este invierno, pronostican nieve en el centro de la península, es mas, desde Calatayud a Madrid, y por la parte de Cuenca, en el trazado de la A3, que sería la 2ª alternativa, ídem de lo mismo. Por lo que tras el disgusto llamo a Griffi para comentarle la jugada y me dice que hoy por la mañana había estado nevando. Pero bueno, esto ya si que empieza a ser la Odisea Cheíta , es mas, me parece que a este ritmo la paso a recoger de camino a la 4CN. En fin, he podido cambiar el billete del AVE para el día 20 de febrero, y espero, POR FIN, que ese finde luzca un sol precioso y poder traerme de una vez la moto a casa. Aunque a este paso dudo de que quiera venirse conmigo. Y el viernes 20 de febrero, vuelvo a subir en el AVE de Barcelona a Madrid con el convencimiento de que esta vez, por fin, si que vuelvo a casa en moto. Llego puntual y al salir hacia el aparcamiento de la estación de Atocha, veo a Griffi acercándose, como siempre, una alegría enorme encontrarte con el, un verdadero hermano que se vuelca con sus amigos. Tras dos o tres infracciones de tráfico, nos dirigimos a pasar por sugerencia mía por delante del Parlamento y el ayuntamiento pues no había pasado nunca por ahí. Veo los leones pero no a José Luis, nuestro presidente, lástima pues me habría hecho ilusión hablar con el un rato. Tras la visita "topicazo", nos dirigimos a San Blas, voy a ver mi moto tras mas de un mes, en realidad ha estado en Madrid mas de dos meses y me pregunto si se acordará de mi, o si yo me acordaré de conducirla. Bajamos al aparcamiento y allí estaba, cubierta con una jarapa que Griffi le puso para evitarle el polvo y protegerla de miradas indiscretas. ¡Que guapa!... ¿te acuerdas de mí? y a Griffi solo se le ocurre un comentario: Y ahora ¿donde apoyaré el casco y las cosas?, me venía de perlas como apoyadero. Lo siento hermano, pero esta se viene conmigo hoy caiga lo que caiga. Subimos a cu casa a cambiarnos, saludo a sus padres y salimos hacia Torrejón a comer algo. Como siempre, soy muy bien recibido por la gente del Vanelly, los cuales ya me tratan como un habitual, no me extraña. Tras comer y hablar de la 4CN sobre todo, aparece Perenquen que se pide "algo ligero" mientras Griffi y yo tomamos café y un chupito sin, ya sabéis, esos microchupitos de la casa. Suena el móvil de Griffi y me comunica que su padre se ha encontrado en su habitación un móvil que posiblemente sea mío. ¿Posiblemente?, es el mío, con las prisas me lo dejé encima de la cama. Vaya hombre, ya empezamos, hemos de volver a San Blas y salir por allí hacia la A2, con lo fácil que lo tengo desde Torrejón. El caso es que me retrasaré un poco, pero espero llegar a Zaragoza con luz, el resto del camino es mas tranquilo ya que pretendo tomar la AP2 y dejarme de autovía. Tras despedirme de Griffi y sus padres que iban en coche indicándome la ruta hacia la A2, salgo de Madrid sin no pocas retenciones. La verdad que hasta Guadalajara la circulación fue lentísima, aunque observe una aptitud muy noble de los conductores de por allí. Me recordaba a los atascos en las autopistas de Inglaterra cuando estuve allí este verano, cuando se daban cuenta que pasabas entre los coches, muchos se apartaban ligeramente para dejarte pasar, me sorprendió y es verdaderamente de agradecer. Esto hizo que mi retraso con respecto a lo previsto no fuese considerable. Hasta Calatayud de un tirón, paré a repostar y a beber agua, pues la comida del Vanelly me la pedía. La moto iba fenomenal, casi parecía que tenía muchas mas ganas que yo de rodar, pero mis muñecas, dedos y antebrazos empezaban a pasarme factura. Han sido dos meses sin circular con ella y hacer recorridos de 5-10 minutos. Parece mentira pero el cuerpo se desacostumbra fácilmente, pensaba en que aún me quedaban unos 90 Km hasta Zaragoza y ya eran casi las seis de la tarde. Pregunto al dependiente de la gasolinera a que hora anochece por aquí y me dice que sobre las siete mas o menos, por lo que me animo y salgo rápido hacia Zaragoza, al final conseguiré llegar antes de las siete. De un tirón llego a Pina de Ebro, al área de servicio y se me ocurre llamar a Quique y Esther por si estuvieran por allí y pasar a verlos un rato. Estaba cansado y la verdad ya no me importaba llegar temprano a casa. Hacía frío, pero el cielo estaba despejado. No consigo comunicar con ellos y continúo hacia casa. Al llegar a Montblanc, mis dedos estaban completamente agarrotadas, no por el frío, si no que por la falta de costumbre y por mantenerlos siempre en la misma posición Tanto es así que apretar el embrague para cambiar como al frenar con el freno delantero, es una tarea complicada para mis dedos. Paro en el área de servicio a repostar y a cenar, ya que quiero llegar a casa, pasarme por la ducha y meterme en la cama lo antes posible. No lo había dicho, pero la noche anterior trabajé y no había dormido desde el jueves por la mañana. No tenía sueño, pero me sentía cansado. Cuando ya encarrilé la AP7 y vi que me quedaba menos de una hora para llegar a casa, empecé a sentirme mejor, hacia ejercicios de estiramiento con los dedos para mantenerlos vivos y aunque el frío empezaba a calarme un poco, el solo hecho de conseguir llegar con la Cheíta a casa por fin, hacía que nada me doliera, me sentía feliz. Al llegar a Sabadell, esperaba encontrarme a muchos de mis amigos haciéndome la "ola" y a muchos otros aplaudiendo al paso de estos dos triunfadores, pero eso solo lo viví en mi imaginación. La imaginación de un colgado por sus motos, su club y sobre todo por esta afición tan especial como es la del motero. Tras dejar a mi Cheíta en el garaje junto a la Profe, me sentí realmente a gusto, es difícil de explicar esta sensación, pues también es difícil de comprender para muchos, estos sentimientos. El cariño y apego que uno tiene por una máquina, las satisfacciones que uno recibe de ellas y sobre todo, el agradecimiento que le tenemos por ser el hilo conductor que nos conecta con el mundo, sus paisajes, sus ciudades, sus gentes y sobre todo con nuestra libertad. Algunos piensan que los moteros nos subimos en la moto para aislarnos, pero yo creo que no es bien bien cierto, para muchos otros es la forma de conocer el mundo y de comunicarnos con las personas con las que compartimos mucho, no se lo que otros piensan de esto, pero para mi es algo impensable, al menos de momento, el vivir sin rodar en moto. En fin, ya tengo a mis dos amores en casa y estoy deseando tener unas horas libre para estirarle las ruedas a las dos en alguna de las KDD's del club, si es que coincido en alguna pues últimamente no se da la ocasión si no es que la organizo yo. Bueno sea como sea, la odisea de mi Cheíta ya ha acabado y quería compartirlo. Se que muchos comprenderán lo mal que lo he pasado estos dos últimos meses, aunque mi fiel Profe no me ha dejado solo ni un momento.

La Odisea de mi Cheíta


A la tercera...¿ira la vencida?


Barrio de San Blas, Madrid, viernes 9 de enero de 2009, 8:00h.
Gappy: ¡Madre mía, pero que mal!
Griffi: ¡Jo!, ¿tanto he roncado que no te he dejado dormir?
Gappy: No hermano, no. Mira la calle.
Griffi: ¡Jo….der!, ¡Pero si está nevando!
Gappy: No puede ser...¡Otra vez no!
La estampa era preciosa, calles, coches, árboles y aceras cubiertas por un precioso manto blanco de nieve, preciosa si no fuese por que ese viernes tenía previsto salir con mi Cheíta y traérmela a Barcelona después de casi un mes en el aparcamiento de Griffi en San Blas, Madrid. Pero os cuento la historia desde el principio.
Todo empezó el sábado 13 de diciembre de 2008, el día de la cena despedida del año del ClubYBR. Yo había llegado a Torrejón de Ardoz el día anterior y el viaje fue bueno, frío pero con sol. En la A2 me encontré varios letreros que anunciaban nieve para el fin de semana, pero las predicciones solo preveían algo de agua y niebla. El caso es que el sábado amaneció nevando en Torrejón y por la zona de Medinaceli y Alcolea, la nevada era considerable. Charly, Jofus, Pentax y Kiko también que bajaban desde Zaragoza ese día sufrieron de lo lindo para llegar al Vanelly, todos sabréis la caída que sufrieron Charly y Jofus, de la cual Charly salió malparado con fracturas en dos dedos del pié y las dos motos también con daños. Las dejaron en el arcén al no poder continuar en esas condiciones. Pentax había dejado unos kilómetros antes del accidente aparcada la suya en el parquin de un hotel. Gracias al coche de Kiko también pudieron llegar a Torrejón, pasándose antes por un hospital de Alcalá para atender a Charly.
Todos lamentamos mucho este incidente pero la cena se desarrolló como se había planteado. Ya ese mismo día y con los antecedentes vividos por culpa de la nieve, no me planteé salir de Madrid con la moto, la A2 no ofrecía confianza y la A3 estaba cortada a unos 90 Km de Madrid. Lo mas sensato era dejar la Cheíta y volverme con los demás en el coche de Quique y Esther hasta Zaragoza. Griffi se ofreció para guardarla en su parquin de San Blas y salimos el domingo por la mañana en los coches de Kiko y quique. La vuelta fue una odisea, entre buscar las motos, esperar la grúa, comer y llegar a Zaragoza, empleamos casi toda la tarde. Desde Zaragoza, Charly, Jofus y yo, subimos a un autocar que nos dejó en la Estació del Nord en Barcelona sobre las una y media de la madrugada. Pentax había salido con su moto desde Medinaceli y no tubo problemas hasta unos km antes de Manresa, donde se quedó parado por culpa de otra nevada. Al final, todos la noche del domingo estuvimos en casa. Una odisea de viaje que la llevamos de la mejor manera posible.
Pues bien, luego en casa no hacía mas que pensar en cuando podría bajar a los madriles a por mi moto. Así que después de valorar los días que tenía fiesta y contando que la Navidad estaba ahí, decidí emplear los días que tenía reservados para Pingüinos en bajar a Madrid, recoger la Cheíta y, si el tiempo lo permitía acercarme a Pingüinos el viernes o el sábado. Así que el día 8 de enero me subo al Ave y a las 12:15h llego a Atocha, donde me esperaba Griffi. Al llevarse la moto de Torrejón a San Blas, se le había encendido la luz del aceite, cosa extraña, pero me informé del tipo de aceite que lleva la BMW y pasamos a comprar un litro para rellenarla. Al mismo tiempo que el testigo del aceite, Griffi me decía que también se había encendido un piloto amarillo de emergencia, suponíamos que se trataba del aceite, pero mi sorpresa fue mayor al ver que se trataba del aviso de bombilla fundida, la de las cortas, Oh no! Con lo que cuesta cambiarla… Jofus y Quini ya saben a que me refiero, el año pasado la tuvimos que cambiar en Valladolid y empleamos mas de una hora. El caso es que después de comer en el Vanelly, nos ponemos a cambiarla, dos horas y no conseguimos cambiarla ya que el soporte se había quedado suelto, ya a las cuatro y media de la tarde llamo al servicio técnico de BMW y me indican el concesionario mas cercano a Torrejón. Estab en Madrid, viernes por la tarde y cerraban a las 6. Llamamos y nos esperaban. Otra odisea, mas de una hora tardó el mecánico en cambiarla. La verdad que si todo va bien es fácil cambiarla, nos dijo el mecánico, pero si se suelta el soporte cuesta bastante, se portó muy bien, incluso no quiso cobrarme nada, un detalle por su parte. Ya pasadas la 6, y a unos 2ºC de temperatura y de noche, la verdad es que se ponía muy mal para salir con la moto para Barcelona, por lo que Griffi, otra vez derrochando generosidad, me ofrece dormir en su casa esa noche y salir por la mañana con la moto…
El resto lo habéis leído al principio, el viernes cayó nieve durante todo el día en Madrid y alrededores, ¿Qué digo?, en media España. Autovías y carreteras cortadas, Barajas cerrado, el centro de Madrid colapsado, vamos que decidí traerme la moto el peor día del invierno. Todo el viaje y una movida de miedo para nada. Auguraban nieve para todo el fin de semana, por lo que no me lo pensé y saqué billete para ese viernes por la noche en el Estrella que sale de Madrid a Barcelona a las 22 h. Por cierto un viaje horrible, 9 horas de tren sin poder pegar ojo. La verdad que vaya desastre de fin de semana, aunque los dos días que pasé con Griffi y su magnifica familia no los cambio por nada. Les he de agradecer su hospitalidad, simpatía y cariño, que hizo que me sintiera como en casa y que el disgusto de tener que dejar otra vez la moto en Madrid fuese mas llevadero. Tuvimos tiempo para esquematizar la 4CN y de pasar unos buenos ratos. No se como devolver tanta amabilidad a ese figura de Griffi, pero ya se me ocurrirá algo…
El caso es que he vuelto a sacar otro billete para el 6 de febrero y espero que esta vez si pueda traerme la moto, de una vez. Aunque me pregunto: A la tercera…¿irá la vencida?